Su nombre científico es Hippomane mancinella, es un árbol nativo de Mesoamérica y de las islas del Caribe. El filósofo griego Teofrasto (371a.C.-287a.C.) nombró así a una planta nativa de Grecia tras determinar que los caballos se volvían locos después de comérsela. Y el padre de la taxonomía moderna, el sueco Carl Linneo, le dio el mismo nombre al nocivo árbol de América.
Este árbol puede alcanzar una altura de más de 20 metros, puede parecer inofensivo por su parecido con el manzano, pero si te acercas a él puedes resultar herido de gravedad. El contacto con su savia produce una violenta sensación de ardor, acompañado de inflamación y provocando irritación y salpullidos en la piel.
Sus frutos son muy parecidos a unas manzanas verdes, incluso desprenden un olor dulce y agradable que te invita a ingerirlos. Sin embargo, estos frutos son altamente tóxicos. Alguien que experimentó esto fue la radióloga británica Nicola Strickland, quien en 1999, junto con una amiga, fueron a pasar sus vacaciones a la isla caribeña de Tobago.
Ahí vio los frutos verdes que al parecer habían caído de un árbol y se les hizo fácil tomar una de las frutas. Strickland relata que al morder la fruta su sabor era agradablemente dulce. Momentos después, comenzaron a sentir un sabor picante en la boca, que avanzó cada vez más hasta convertirse en una sensación de ardor y desgarro, seguido de una opresión en la garganta.
Después de 2 horas los síntomas empeoraron, pues las amigas no podían tragar alimentos sólidos ya que el dolor era insoportable y con esto un nudo en la garganta les impedía pasar cualquier alimento.
Por suerte, gracias a que la cantidad que consumieron fue mínima y a la leche y otras bebidas bajas en acidez pudieron apaciguar el ardor en sus gargantas.
Después de su terrible experiencia, la científica Strickland escribió sobre este fruto en el British Medical Journal para que sus colegas estuvieran al tanto del peligro que representa este árbol.
Un solo fruto contiene los tóxicos para matar hasta 20 personas.
Pero los frutos y la savia del ‘árbol de la muerte’ no son los únicos que tienen efectos dañinos en la salud. Al ser quemado, el humo que produce puede causar ceguera y graves problemas respiratorios.
Este árbol era utilizado por los nativos para cazar, cubrían sus flechas con la savia y esto era capaz de matar a sus presas. Inclusive hay relatos de conquistadores españoles que fueron atacados con estas flechas y murieron.
Actualmente se encuentra en peligro de extinción pues las personas suelen cortarlos debido a los temores por la forma en que puede afectar a los turistas que visitan el Caribe.
Sin duda es una especie muy interesante pero a la que no querrás acercarte.
Fuente original: NATION