La incidencia de estas condiciones se ha incrementado enormemente durante los últimos 30 años, siendo más común en los países desarrollados, donde los carbohidratos refinados y los medicamentos son usados más frecuentemente.
En estas tres patologías se desarrolla inflamación en el intestino delgado o grueso, y ocasionalmente quienes las padecen sufren de ulceras y crecimientos tumorales.
Los síntomas incluyen indigestión, náuseas, dolor abdominal, gases, diarrea y constipación.
Los antibióticos han sido usados para tratar los desórdenes de colon inflamado. Con ellos, los pacientes usualmente experimentan alivio de sus síntomas, pero generalmente este alivio es de corta duración.
Una solución más consiente, es mejorar la salud intestinal, llevándola de vuelta al equilibrio.
Para lograrlo, hay que reducir el consumo de dulces y granos refinados, evitar las drogas que matan bacterias amigables, y comer alimentos que mayor cantidad de fibra: vegetales, granos integrales y coco.
Consumir alimentos fermentados (yogur, kéfir, chucrut, probióticos y agua) abastece de bacterias amigables. Y lo más importante…usar aceite de coco, dado que esta mata a las bacterias y levaduras causantes de enfermedad, pero no extermina a las bacterias amigable.
Estudios han demostrado que los ácidos grasos de cadena media, presentes en el coco, son eficaces para reducir los daños dentro del tracto intestinal de animales a los que se les ha administrado toxinas potentes. La inflamación se reduce y la respuesta inmunológica a lo largo de la pared intestinal se potencia. En consecuencia, el aceite de coco ayuda a proteger y sanar los tejidos inflamados del tracto digestivo. Algunas personas han reportado que tomando sólo dos cucharadas de aceite de coco al día, sienten alivio de sus síntomas de colon irritado. El alivio permanente, sin embargo, requiere un poco más de esfuerzo.
El aceite de coco puede hacer maravillas, ayudando en el equilibrio del medio ambiente intestinal. Agregar derivados del coco a su dieta puede ser todo lo que usted necesite. Sin embargo, para personas que sufren de colon irritable crónico, un tratamiento intensivo es más aconsejable, tal como lo hizo R.B.
R.B. era un doctor educado y entrenado en medicina convencional. Como médico que creía en el uso de fármacos para tratar enfermedades, usualmente los usaba en sí mismo para luchar contra infecciones y padecimientos estacionales.
Estas drogas le pasaron la cuenta y desarrolló un severo caso de colon irritable, acompañado de dolor abdominal, constipación y fatiga crónica.
Durante dos años y medio, el doctor R.B. trató de sobreponerse a este problema. Incluso giró hacia la medicina alternativas para encontrar una solución.
En su desesperación, hizo 30 días de ayuno en los que no consumió nada más que agua y suplementos dietarios. Al final de los 30 días, sólo percibió un alivio menor de sus síntomas.
Decepcionado, siguió buscando información hasta que leyó sobre el aceite de coco y sus efectos en la salud intestinal. Aún ayunando, el doctor R.B. agregó diariamente 15 cucharadas soperas de aceite de coco a su régimen. Después de siete días de consumir nada más que aceite de coco, agua y vitaminas, sus síntomas desaparecieron completamente. Se sintió mejor de lo que se había sentido en años. Con la ayuda del aceite de coco este médico recuperó la vida.”
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