El amor es algo maravilloso, es un sentimiento magnífico que solo los más afortunados pueden tener, es casi un lujo, amor del bueno, poco se ve hoy en día que haya amor como el que existía hace algunos años atrás.
El amor de nuestros abuelos es sin duda de los mejores, es un amor duradero y lo mejor de todo es que se trataba de un amor verdadero, de estos son pocos los casos que existen hoy en día, hoy casi nadie ama, no al límite de este hombre.
Dicen que el amor es cuidar, respetar y por supuesto brindar apoyo y cariño a esa persona especial y este hombre, sin duda alguna, ama a su esposa y lo demuestra con hechos, sus palabras concuerdan con sus hechos.
El amor del que te hablaremos hoy, es quizá de los más puros y bonitos que encuentres o que escucharás a lo largo de tu vida, es más puede que hasta sientas envidia por lo bonito que es, así que te invitamos a conocerlo.
Un gesto de amor hermoso – Flores para su esposa
No hay nada más bonito que nos demuestren el amor que sienten por nosotros, incluso un detalle, un simple gesto puede ser la diferencia, puede cambiar la forma en la que la relación se estaba desarrollando, es algo que se siente bien.
Los gestos de un esposo hacia su esposa o viceversa ya casi no se ven hoy en día, habrá algunas excepciones pero solo el amor de antes era así de puro y nosotros podemos notarlo con solo leer algunos de los sucesos como el de hoy.
La historia de la que te hablaremos hoy relata acerca de lo que un hombre japonés hizo y todo por su esposa quien tiene discapacidad visual.
Resulta que en Shintoni, Japón, un hombre de apellido Kuroki, hizo uno de los actos de amor más bellos para su esposa invidente; el plantó en su jardín, dentro de su terreno una preciosa alfombra de miles de flores y todo esto con la finalidad de que su esposa las pueda oler ya que no puede verlas.
Este jardín es hermoso, tanto así que atrae a miles de visitantes al año, para ver la belleza de tal jardín.
Se cuenta que la pareja se casó en el año 1956, tuvieron dos hijos y siempre han sido felices en esa casa, hasta el día en que la señora Kuroki debido a su diabetes perdió su visión lo que la llevó a la depresión incluso, un sufrimiento que su esposo no podía soportar.
Al ver a su esposa así, el decidió ingeniárselas para animarla y lo hizo como cualquier enamorado, le regaló flores, pero no un ramo sino miles de ellas, y decidió plantas las shibazakura que son muy aromáticas y es gracias a este olor que la señora Kuroki salía de casa, y estuvo trabajando en el cultivo por más de 2 años, en todo el jardín y esto le regresó la felicidad a su esposa.
¿Qué te parece este hermoso gesto? ¿Te gustaría que te hicieran lo mismo?
Gracias por leernos.