Nuestro deseo de encontrar a la persona perfecta, ocasionalmente nos lleva a ignorar o desperdiciar las oportunidades de encontrar a nuestra alma gemela,ya que omitimos que la otra persona tiene atributos y defectos, una característica normal en todos los seres humanos que puede llegar a molestar a quienes esperan a un modelo perfecto como compañero de vida.
Durante la adolescencia, comenzamos a perfilar nuestros gustos, descubriendo que tipo de personas nos gusta, estilos y rasgos físicos y emocionales que nos resultan atrayentes. Esta imagen puede ser reforzada gracias a los estímulos visuales que recibimos de los libros, la televisión y el Internet. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a la realidad, chocamos de frente con que la persona ideal no existe.
Sin embargo, la realidad dista de la fantasía. Una relación no requiere de modelos perfectos, sino de entendimiento, respeto, seguridad, confianza entre ambas personas. Siendo capaces de aceptar los defectos y habilidades de su compañero. Aptos de brindar apoyo a su pareja y con quien te sientas a gusto compartiendo tus victorias y derrotas.
El amor es respuesta
Amar a una persona va más allá de adorar un rostro perfecto, se trata de entablar una conexión con otra persona, intercambiando de forma equitativa, respeto, amor y cariño. Llegando a compartir y discutir los planes para el futuro, siempre como un conjunto, cargando el 50% de la relación.
Aunque pueda sonar algo frívolo, a veces es necesario reevaluar la relación y la dirección que la misma ha tomado. Preguntarte si sueñan lo mismo, si tienen planes en conjunto, evaluando el nivel de confianza, de intimidad y de comprensión. Debido a que en ocasiones, el amor puede convertirse en una telaraña, en la cual te enredas tu sola y no te das cuenta hasta que ya es demasiado tarde.
Por ello, antes de salir corriendo a la calle en búsqueda de una pareja, es necesario amarte a ti misma. Además de establecer de forma realista las cualidades y características que esperas de una persona y de la relación.
Así podrás darte cuenta a tiempo, de a dónde se dirige tu relación y si la misma continúa siendo el futuro que sueñas. No tengas miedo de renunciar a una relación que ha fracasado, de ella seguro has obtenido la experiencia necesaria para seguir en la búsqueda de tu media naranja.