No te vayas de casa sin despedirte de tu hijo.

Las separaciones son parte de la vida y de cierta manera, son una forma de crecer; pero cuando se trata de nuestros bebés, saber manejar estos momentos “fatídicos” puede ser mucho más difícil que cualquier teoría que nos expliquen.


Lo cierto es que después de pasar varios meses con ellos, llega un momento en que retomamos nuestras actividades habituales y volvemos a trabajar o estudiar. Llega el momento de la separación.
“Rosa está al borde las lágrimas. En medio de otros bebés, su hija Macarena parece inconsolable. Es que hace unos pocos minutos, la dejó en los brazos de la responsable de la guardería a la que asiste dos veces por semana. La separación es una prueba tanto para la mamá como para el bebé. Ninguna de las dos está acostumbrada a estar separadas; y tener que dejar a su hija con una tercera persona, le produce una angustia que no puede describir.

Pero la historia termina bien. Mamá desaparece por algunas horas y la vida continúa.”

Retomar la actividad laboral después de una licencia por maternidad, muchas veces es la primera prueba que deben enfrentar una mamá y su bebé. Es una etapa difícil tanto para unos como para otros, pero que no es imposible de superar. Incluso puede ser beneficioso.

Así, empieza el aprendizaje de la autonomía y los bebés comienzan a entender que mamá y papá pueden desaparecer, pero que después vuelven a encontrarse.

Las mamás sufrimos por nuestros bebés, pero también sufrimos por nosotras. Al tener que separarnos, se entremezclan muchos sentimientos: la culpa de dejar a nuestro bebé, el sentimiento de abandono, la angustia de pensar que algo pueda pasar durante nuestra ausencia e incluso los celos que sentimos hacia la persona que estará con nuestro hijo durante varias horas.


Pasar por estas emociones, es común. No hay que sentirse mal por eso. Cuando retomamos nuestra actividad profesional tanto por necesidad como por elección, debemos cargar con el cansancio que implica criar a un bebé, la presión de la familia y el entorno y nuestras propias hormonas, que tampoco ayudan durante este período.


Un mal por un bien.

En una primera instancia, puede parecer increíble, pero estar permanentemente “sobre” nuestro hijo, puede ser asfixiante. Peor aún, no tomar un poco de distancia no le permitirá adquirir la fuerza que necesitará para afrontar la vida y lo volverá más frágil.

Debemos pensar que nuestro hijo ganará mucho con esta separación de algunas horas, porque le permitirá construir su propia identidad, ampliar sus puntos de referencia y sus intereses, e incluso probarse a sí mismo que es capaz de hacer cosas él solo.
Además, se sentirá formar parte de un grupo social (el de los niños de la guardería a la que asiste) y aprenderá a comunicarse.

En este momento, comienzan a ponerse a prueba sus capacidades con los otros, algo que le será de mucha utilidad cuando comience la escuela.


Y lo más importante, es que separarse durante algunas horas, implica el aprendizaje de la frustración y de la separación; algo que llegará, tarde o temprano.

Es inútil demorar el momento. Las mamás no podremos hacer siempre todo por nuestros hijos, ni podremos cuidarlos eternamente. ¡Y está bien que así sea! Un niño que permanece pegado a la falda de su madre hasta los 6 años, corre el riesgo de adquirir una personalidad inhibida, de ser temeroso de todo y de tener baja autoestima.

¡Nunca desaparezcas sin despedirte de él!

Bien... ¡llegó el gran momento! ¿Cómo vamos a actuar? Sólo hay una manera: hacerle saber a tu hijo que te vas por unas horas y que luego vas a volver. Tal vez te preguntes cómo hacer con un bebé de pocos meses… la mecánica es la misma. Es importante que te despidas de tu hijo y que te vea irte.

A veces pensamos que “desaparecer” es la mejor estrategia para que nuestros hijos no sufran la separación, creyendo ingenuamente que no se darán cuenta. ¡Error!
Cuando nos vamos sin despedirnos, hacemos que se sientan perdidos y desorientados. No logra entender cómo mamá o papá que hace unos momentos estaban a su lado, desaparecieron como por arte de magia.

Esto los sumerge en una angustia de incomprensión e incertidumbre que hará que comience a pedir por “¡Mamá!”. No alcanza a entender por qué ya no estamos a su lado y no tiene la certeza de que vayamos a volver o durante cuánto tiempo estaremos ausentes.

Ya sabemos que nuestro bebé no quiere que nos alejemos y seguramente comenzará a llorar cuando entienda que llega el momento de la separación, pero esta es una reacción normal y sana. Sólo está demostrando sus sentimientos.

Busquemos la manera de comunicarnos lo mejor posible, dejando claro que debemos alejarnos y pasadas unas horas, nos volveremos a encontrar. Este ritual de la despedida, le permite crear una rutina que en definitiva le da seguridad y le hace entender que la separación sólo dura una horas.

Puede no ser sencillo al principio. Sufrimos tanto las mamás como los niños, pero teniendo presente que es beneficioso para ambos, podremos dar este paso creando seguridad en él y descansando nosotras en el hecho de que no necesitamos “engañarlos” para salir de casa.

Otros consejos:

- No retardes las despedidas.

- Intenta no llorar si él llora. No es saludable que te vea angustiada.

- No vuelvas atrás si escuchas llorar a tu bebé. Esto hará que la separación que en definitiva tiene que llegar, se haga más larga y más difícil.

- Muchos niños resienten la separación al punto de que al regreso de mamá, se muestran indiferentes o agresivos. Esto también es normal. Deja que exprese su rabia y tristeza.

- No te sientas culpable por distraerte con tu trabajo o durante una salida con amigas o una cena con tu pareja. Una mamá relajada y contenta, aprovecha y disfruta mejor su tiempo con su hijo.

- Confiemos en la guardería, la familia, los amigos o la niñera con quien se queda nuestro hijo.
Tu hijo es lo más importante del mundo. Es normal que la separación sea difícil para ambos, pero con palabras dulces y explicaciones simples, verás cómo poco a poco, este momento se convertirá en rutina y cada reencuentro será una fiesta.

¿Cómo fue tu experiencia de separación? ¿Puedes aportar otros consejos? ¡Comenta y comparte!

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