Este síndrome se origina debido a una mala educación proveniente desde el hogar y aunque su nombre así lo sugiere. Especialistas afirman que este malestar no es exclusivo de las familias adineradas.
Su nombre se debe al pediatra y profesor de la Universidad Harvard, Ralph Minear, quien estudió un primer caso en la década de los 90’s y posteriormente escribió el libreo “El niño que tiene todo en exceso”. Aquí explicó algunas de las características de este trastorno.
Según Minear, algunos padres con el objetivo de demostrar sus buenas actitudes y capacidades parentales, deciden brindarle a sus hijos todo lo que tengan a su alcance, pensando que con ello, están supliendo todas las necesidades del menor, sin embargo, esta acción deriva en un comportamiento agresivo, pretencioso y egocéntrico. También puede ser interpretado como una forma de sustituir el tiempo de interacción familiar con la adquisión de bienes lujosos.
Teniendo en cuenta esta explicación, Minear responsabiliza a los padres por la aparición de este síndrome del niño rico en los pequeños de la casa. Según su análisis, este malestar se está convirtiendo en un problema típico de las sociedades modernas. El tiempo familiar se ve opacado por otras actividades “de mayor importancia” y es recompensado con bienes materiales de lujo.
Los padres son los responsables
“A falta de tiempo para estar con sus hijos, los padres están dando excesivas cantidades de libertad, juguetes, dinero, comida, información y protección a sus hijos”, afirmó Minear.
Aunque inicialmente esta acción tenga la idea de recompensar o de ser un refuerzo positivo en el desarrollo del infante, en la búsqueda del “hijo perfecto”, este modelo de crianza propicia una conducta de rebeldía, aislamiento, depresión, agresividad, problemas de conducta, desinterés y estrés, afectando así su interacción social y su escolaridad.
Ante este aspecto, el profesor señala: “Muchos padres modernos piensan que deben colocar a sus hijos, tan pronto como sea posible, en la ruta del triunfo para evitar que se queden rezagados.
El profesor continúa explicando que “en lugar de permitir que los niños adquieran y desarrollen sus aptitudes a un ritmo natural. Tratan de acelerar el proceso normal de aprendizaje y ejercen sobre sus hijos enormes presiones que no les dejan una alternativa distinta a triunfar. Y ese es un gravísimo error”, recalca.
Síndrome del niño rico, un grave trastorno
¿Compras regalos costosos sin que sea una ocasión especial? ¿Regalas dispositivos de última tecnología como un regalo sin mucha importancia? ¿Priorizas cumplir el capricho de tu hija sobre ahorrar dinero? Esta son algunas de las actitudes que poseen los padres que propician este síndrome en sus hijos.
En este caso es recomendable acudir a un especialista. El objetivo de obtener la asesoría necesaria para prevenir un daño mayor en el menor y en su desarrollo.