¡Qué difícil se hace muchas veces no ceder al enojo o a la rabia! Estos sentimientos pueden ser reacciones de un momento de furia, pero luego nos hacen sentir abatidos, porque además de sentirnos mal físicamente, nos angustiamos, nos arrepentimos y el resto del día cambia por completo. ¿Cómo hacer para no perder la calma? ¿Cómo controlar las emociones negativas cuando nos invaden? ¡Esto sí que genera mucho estrés!
Por instinto de supervivencia, los seres humanos tendemos a rechazar todo lo que no está en sintonía con la imagen que nos esforzamos por dar a otros de nosotros mismos, pero no solemos contar con la fuerza y la dinámica de nuestro inconsciente que tarde o temprano, de una manera u otra, se manifestará.
Nuestra relación con el mundo no es neutra y nuestras reacciones están directamente ligadas a nuestra historia, que, aunque no lo hayamos aceptado por completo, se recrea en cada acontecimiento en relación con nuestra vivencia personal.
Nuestra reacción está directamente determinada por la apreciación más o menos consciente que tenemos de las circunstancias a las cuales nos enfrentamos. Para decirlo de otra manera, pretender controlar una emoción es totalmente inútil y veremos que para realmente poder dominar un sentimiento, forzosamente debemos dejarnos atravesar por él.
¿Entonces quiere decir que debemos dejar salir el sentimiento tal cual es sin intentar ponerle freno?
Claro que no. En primer lugar, necesitamos de una cierta comprensión de los mecanismos de la mente, pero por sobre todas las cosas tendremos que ser total y absolutamente honestos con nosotros mismos y desarrollar una cuota adicional de valor.
Esto no quiere decir que podremos anular las emociones, eso nunca podría suceder. Sólo que podremos adquirir progresivamente una sana distancia que nos permita dejarnos atravesar por esta energía que va subiendo pero pudiendo al mismo tiempo no ser esclavo de una emoción violenta.
Esto al mismo tiempo nos hará capaces de mantenernos tranquilos cuando la emoción empieza a apoderarse de nosotros para ser capaces de percibir cómo se va generando en nuestra mente.
¿Qué hacer cuando las emociones nos superan? Aquí te dejamos unas lecciones de autocontrol que representan un entrenamiento para poder canalizarlas.
1) Respira lentamente.
Recuéstate y respira profundamente dejando que la emoción te atraviese. No trates de eliminarla o controlarla. Lo que sientes, lo sientes. Sólo respira inhalando profundo y llevando el aire al abdomen para luego soltarlo en dos etapas. Esto tal vez después te haga sentir cansado, pero es perfectamente normal.
2) Camina.
La actividad física y en especial una caminata enérgica, puede ser un excelente modo de aplacar las emociones. Te permite pensar, bajar la intensidad y dominarte.
3) Autosugestión.
¡Esta es mi técnica preferida! No se trata de enmascarar las emociones y esconderlas, sino que debemos actuar de manera inteligente y establecer un diálogo con nosotros mismos. Imagina por un momento que una persona se encuentra en esta misma situación de angustia, rabia o desasosiego…
¿Qué le dirías? ¿Qué clase de palabras crees que necesitaría escuchar? ¡Haz lo mismo contigo!
Háblate como si fueses un amigo de ti mismo.
4) Anticipa tus emociones.
De la misma manera que te anticipas y te preparas para presentar un trabajo o para organizar una cena con amigos, también puedes prepararte para que una emoción no te domine. Gracias a la visualización puedes anticipar qué actitud vas a tomar en caso de que la emoción se manifieste. Es bien sabido que la mejor manera de controlar el estrés es anticiparlo.
5) Utiliza experiencias vividas.
El conocimiento previo es un punto a favor. Cuando nos enfrentamos a una emoción que ya hemos vivido y que reconocemos como fuerte o violenta, más que intentar olvidarla, debemos capitalizarla como una enseñanza. ¿Cómo te sentiste en un momento que te enojaste? ¿Cómo te sentiste cuando fuiste presa de los celos? Repasa mentalmente la escena vivida para poder saber anticipadamente lo que vas a sentir y cómo te vas a liberar de esa sensación.
6) Confía en ti mismo.
Confiar en uno mismo es la base del éxito en la vida. Cualquier cosa que desees emprender, necesitará de tu propia confianza. La baja autoestima muchas veces es el origen de las emociones que vivimos. Una persona que no confía en sí misma, fácilmente se dejará abatir por una crítica o una situación adversa. La confianza en ti mismo te permitirá mantener la mente fría cuando más lo necesites.
7) Vuelve a tus logros.
En el punto anterior vimos como la falta de confianza puede desencadenar una emoción violenta. Es por eso que queremos ligar este punto a tus logros y éxitos. Pensar en tus puntos fuertes, en las veces que has logrado superar situaciones difíciles y en las virtudes de las que te sientes orgullosa, te ayudará a reducir una emoción negativa dándole al problema la dimensión que realmente tiene.
Esta estrategia se denomina “autoafirmación” y funciona muy bien, sobre todo en las mujeres.
8) Déjalo para más tarde.
Ya hemos dicho que intentar reprimir una emoción, simplemente hará que vuelva con más fuerza. Sin embargo, dejarlo para más tarde puede funcionar. Esto no significa olvidarlo, sino que significa aplicar un período de pausa hasta volver a retomar el problema, para que baje en intensidad.
9) Mírate al espejo.
¿Perdón? ¿Cómo es eso de que cuando me domina una emoción debo mirarme al espejo? ¡Sí! Puede parecer sorprendente, pero esta estrategia resulta muy útil.
Estudios sobre este tema han determinado que cuando somos capaces de observarnos, podemos poner en perspectiva más objetiva la emoción que nos domina.
De esta manera, será más consciente de tus reacciones y podrás canalizarlas mejor. Es una buena ocasión para aplicar la autosugestión que desarrollamos en el punto 3.
10) Medita.
La meditación ha dado prueba de ser muy eficaz para prevenir los pensamientos negativos y repetitivos. Puede disminuir el estrés y en tan sólo 20 minutos puede reducir los niveles de ansiedad en casi un 40%.
Sin embargo, aplicarlo justo en el momento que nos estamos dejando llevar por las emociones, no es aconsejable, pero sí el hecho de meditar de manera regular, contribuye a reducir la intensidad de las emociones negativas cada vez que aparezcan.
Podemos decir como conclusión, que para poder controlar las emociones no existe una única solución, ni una solución mágica. Encontrar la mejor estrategia para controlar los sentimientos negativos depende que cada uno, aunque sí es nuestra propia responsabilidad, evitar que tomen el control sobre nosotros mismos.
¿Cómo controlas tus sentimientos negativos? ¡Comenta tu experiencia y comparte!