Mamá también se cansa. ¿Es mucho pedir un poco de consideración?

Existen diferentes maneras de abordar este tema. Intenté verlo desde el punto de vista de los hijos, de los maridos o de la opinión general; pero decidí plantearlo desde el punto de vista de la mujer que es madre, esposa y ama de casa. La mujer que nos cuida a todos. Vamos a dejar que hable ella misma. 

¿Qué tendrá para decir?

“Siento que ya me levanté cansada. Son las siete de la mañana y ya estoy cansada. ¿Cómo puede ser? 
Es que no me levanté a las siete de la mañana sólo hoy… ¡Lo vengo haciendo desde hace años!
¿Cuánto hace que no voy a la peluquería y me tomo dos horas para mí? Ya saben, es el lugar en donde hay una señora simpática con la que charlamos mientras nos arregla el cabello. Tal vez porque siempre hay algo más para hacer en casa. ¿Por qué paso mirando rápido las vidrieras en lugar de entrar a comprar con tranquilidad algo que me guste? Porque se hace tarde para ir a buscar a los niños a la escuela o porque ya es la hora de preparar la comida.

Parece que mis días de vacaciones nunca llegan, no tengo sábado o domingo, no hay un día feriado… ¡Para el ama de casa todos los días son laborales!



Y entonces me pregunto si alguien nota en casa que estoy desbordada, pero igual sigo adelante, que tengo un mal día, pero lo disimulo, que me gustaría aunque sea por un rato estar en otra parte y sin embargo estoy aquí, planchando, cocinando o limpiando, que mi mal humor se debe a que espero que alguien lo vea, pero nadie lo ve, o al menos, espero que espontáneamente alguien considere que necesito ayuda.


Sin embargo, en cuanto manifiesto mi cansancio y mis ganas de desaparecer, recibo como respuesta caras de sorpresa, como que no se entiende a qué se debe mi enojo.

¿Es mucho pedir un poco de consideración?

Asumimos el rol de madres y esposas, con gusto y con decisión. Todas sabemos, cuando empezamos a transitar este camino, que no es fácil; pero tampoco tiene que ser tan duro si pudiéramos contar con la colaboración del resto de la familia.



Quienes cuidamos a todos, también necesitamos que nos cuiden.

Quienes mimamos a todos, también necesitamos que nos mimen.

Quienes hacemos lo posible por mantener la casa limpia, la ropa lista y la comida preparada, también queremos un poco de ayuda, un rato para nosotras y una palabra de reconocimiento. ¿O después de todo lo que hacemos, no lo merecemos?”


¿Alguna vez te sentiste cómo esta madre de familia? ¡Comparte tu experiencia de ama de casa!

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