Agricultores chilenos rescatan el "tomate con sabor a infancia"

En Peumo, están rescatando la producción totalmente natural, sin la presencia de transgénicos.

"Es muy jugoso. Posee mucho brillo, es bonito, atractivo", explica el agricultor, José Flores.

La iniciativa de "revivir" el tomate rosado, es impulsada y financiada por la Fundación para la Innovación Agraria, dependiente del Ministerio de Agricultura.

Gracias a su aroma, textura y sabor únicos en el mundo, un grupo de agricultores chilenos de la localidad de Peumo, en la Región de O'Higgins, rescata el ancestral tomate rosado, una fruta de producción natural que a pesar de sus extraordinarias cualidades fue desplazada por los cultivos industrializados.

A unos 144 kilómetros al sur de Santiago, el agricultor José Flores cultiva hace tres años la semilla de este tomate, una variedad atávica de la familia de las solanáceas, que conserva sus características naturales sin presencia de transgénicos.
Este tomate tuvo una alta penetración en la mesa tradicional chilena a mediados del siglo XX, siendo recordado por los adultos mayores como el "tomate con sabor a infancia", pero con el tiempo fue reemplazado por los tomates industriales.
Esto lo confirma el agricultor José Flores, quien señaló a Efe que "ésta es una especie antigua que se está rescatando. Es un producto totalmente natural, no usamos pesticidas; lo alimentamos con materia orgánica y no es transgénico", asegura.


"Este tomate tiene características únicas, y posee una gran ventaja, porque es muy jugoso. Además al tener un color rosado, se distingue del tradicional rojo del tomate. Posee mucho brillo, es bonito, atractivo", detalla el cultivador.

Apoyo
La iniciativa de "revivir" esta fruta, impulsada y financiada por la Fundación para la Innovación Agraria, dependiente del Ministerio de Agricultura, apunta a los pocos agricultores que hoy en día cultivan esta especie.
"Éste tomate se consume en esta zona desde hace medio siglo, es anterior a todos los procesos de mejora genética de los tomates que acabaron interviniendo sus propiedades originales, como la textura, el sabor y el color", detalla Ricardo Quiroz, director técnico de la Cooperativa Campesina de O´Higgins, Coopeumo, que agrupa a 400 agricultores de la zona.
Los campesinos aguardan a conocer los resultados del análisis de las propiedades de esta especie en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, de la Universidad de Chile.
"Los tomates modernos e intervenidos tienen mejor presencia, son más uniformes, pero pierden sus propiedades como es el sabor y el aroma", comenta Quiroz.
Buena experiencia
Una de las cocinas que está empleando esta especie es la del Hotel Vik, un establecimiento situado en el Valle de Millahue.
Esta posada, uno de los hoteles siete estrellas de Sudamérica, es un lujoso alojamiento que también destaca por su gastronomía, enfocada a ofrecer platos tradicionales chilenos elaborados sólo a base de productos locales.
"Estamos trabajando con los agricultores que se dedican al tomate rosado y hemos logrado unos resultados maravillosos con esta fruta", asegura Rodrigo Acuña, el chef del hotel.
"Esta especie tiene características que no se ven en los tomates que se venden en los tiendas o los supermercados, porque esos están modificados con agroquímicos. Los de Peumo son puros, limpios, y dan unos resultados increíbles", destaca.

El rescate de esta especie de característica únicas se asemeja al de la cepa carménère, una variedad de uva plantada originalmente en la región de Médoc de Burdeos que desapareció de Europa a causa de una plaga y que fue hallada en Chile por el enólogo francés Jean Michel Boursiquot en 1994.
Desde su redescubrimiento en tierras australes, el carménère se ha potenciado como un sello chileno en la comunidad vitivinícola mundial, algo que según señalaron los agricultores de Peumo, aspiran a repetir ahora con "el tomate que tiene sabor a infancia"

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