5 cambios que ocurren en el cuerpo al dejar de comer pan

Casi nadie puede resistirse a un trozo de pan crocante untado con manteca, acompañando un trozo de queso o una salsa. El pan forma parte de la mesa de millones de personas en el mundo, pero si bien puede resultarnos delicioso, el pan no ofrece muchos beneficios y es más lo que ganarías evitándolo que manteniendo el hábito de consumirlo.



Entre las distintas variedades de pan que existen, el pan blanco probablemente sea la categoría más discutida por médicos gastroenterólogos y nutricionistas.

Se compone de azúcar y en particular de gran cantidad de almidón, lo que lo hace adictivo por sus altos componentes en glúcidos. El pan blanco favorece el aumento de los niveles de azúcar en la sangre, al igual que la predisposición a la diabetes tipo II.

Asimismo, es un alimento muy salado y puede convertirse en uno de los principales enemigos de las personas hipertensas. Por otra parte, contiene harina de trigo y el consiguiente gluten, una sustancia que no muchas veces es bien tolerada por el organismo y es responsable de varias enfermedades.


Pero si bien todo esto te puede parecer una sucesión de datos un tanto vacíos, podemos hacer algo mucho mejor: conocer cuáles son las ventajas concretas de reducir o eliminar el consumo de pan.


1) Pérdida de peso.

Cuando reducimos el consumo de glúcidos, lo primero que notamos es una pérdida de peso significativa, ¡muy significativa! Cuando lo glúcidos se almacenan en nuestro cuerpo en forma de glucosa, cada gramo de glúcido almacena de tres a cuatro veces su peso en agua. En cuanto reducimos lo glúcidos, perdemos una importante cantidad de líquidos.


2) Aumento del nivel de energía.

Los glúcidos son indispensables para el buen funcionamiento del cerebro y contrariamente a ciertos alimentos que presentan un cierto aporte nutricional, el pan blanco contiene “glúcidos malos” que pueden tener efectos secundarios nefastos y debilitar el organismo, generando sensación de cansancio.

Por lo tanto, se trata de consumir glúcidos de buena calidad, presentes en el pan horneado con cereales integrales (ricos en fibras y minerales), o el pan de espelta (ricos en magnesio, fósforo y calcio).

3) “Picoteo”.


Las harinas refinadas son tristemente célebres por elevar los niveles de azúcar en la sangre. Un estudio reciente publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, sugiere que estos altibajos activan los centros de adicción del cerebro, haciendo que siempre necesitemos “picotear” más y más pan.

4) Enfermedades cardíacas y diabetes.

Otra de las desventajas de las harinas refinadas es el aumento de los ácidos grasos que provoca en el organismo un incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo II.


Por otra parte, según la asociación americana del corazón, los cereales integrales pueden mejorar los niveles de colesterol y reducir los riesgos de enfermedades cardíacas, de ACV, de obesidad y de diabetes.

5) Intestinos recargados.
El consumo de multicereales juega un rol importante en el aporte de fibras, mientras que el pan blanco no beneficia nuestra digestión, es pobre en vitaminas y minerales y podríamos decir que prácticamente no contiene ningún nutriente esencial desde el punto de vista nutricional.

Sólo suma calorías “vacías”, perjudicando nuestro proceso digestivo y el movimiento intestinal.

¿Cómo reemplazamos el pan blanco?

A no desesperar, el pan blanco puede reemplazarse por el pan integral. Contiene tres veces más minerales, oligoelementos y vitaminas que el pan blanco. También posee un índice glucémico más bajo y menor concentración de gluten. Este tipo de panes aportan fósforo, magnesio, hierro vegetal, zinc y vitaminas B1, B3, B6 y B9.

Las alternativas para reemplazar la harina de trigo son numerosas: harina de escanda o espelta, harina de maíz, harina de arroz, de almendras, de mandioca, de garbanzo, de centeno, etcétera. Éstas son opciones saludables que reemplazan al pan tradicional y aportan los beneficios de estos cereales sanos y nutritivos.


¿Ya intentaste reducir el consumo de pan blanco? ¡Cuéntanos tu experiencia y comparte!

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